Lograr avances en la prevención de la violencia armada no es inevitable, pero la inacción es inaceptable. Hemos visto a demasiados hijos e hijas, mamás y papás, familiares y amigos afectados por la evitable violencia armada de este país. Debemos contar con medidas audaces para detener este flagelo sin sentido de la violencia armada, y proteger a nuestras comunidades aquí en Nueva Jersey. Por eso he trabajado en el Congreso para:
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Ayudar a aprobar - por más de una década - las mayores reformas, con sentido común, sobre seguridad de armas votando a favor de la Ley bipartidista de Comunidades Más Seguras, la cual cerrará lagunas jurídicas, promulgará nuevos programas de prevención de la violencia armada e invertirá en seguridad escolar y comunitaria.
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Tratar la violencia armada como una amenaza a la seguridad nacional copatrocinando la Prohibición de Armas de Asalto. Para que así logremos sacar las armas de guerra de nuestras calles. Para unirnos al Grupo de Trabajo para la Prevención de la Violencia Armada y trabajar en la protección de nuestras comunidades.
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Ser uno de los copatrocinadores iniciales de la Ley Bipartidista de Verificación de Antecedentes, que promulgaría requisitos de verificación de antecedentes de sentido común, respaldada por el 91% de los estadounidenses.
Las escuelas, los lugares de culto, los cines, los supermercados, las oficinas y cualquier espacio público deben ser lugares seguros para todos los estadounidenses. No podemos mantener a nuestras comunidades a salvo de la violencia armada si no damos un paso al frente, si no nos unimos y trabajamos juntos para hacer realidad las reformas que queremos ver.